( REMODELACIÓN DE LA PÁGINA, ESPEREMOS QUE EL DISEÑO FINAL OS GUSTE, UN SALUDO)
ATENCIÓN, LOS CAPÍTULOS SE LEEN DESDE EL DIA X QUE APARECE EN ARCHIVO DEL BLOG, SITUADO EN LA BARRA DE LA DERECHA, EL PRIMER CAPÍTULO QUE APARECE ES EL MÁS RECIENTE, GRACIAS. (entrada de un nuevo escritor)

viernes, 14 de enero de 2011

Dia 2 Fran: Huir y agonizar Parte 3/4

-¿Chico, que haces ahí?- el silencio seguía invadiendo la casa, mientras Rafa le seguía preguntando- ¿ no vas a decir nada?

-Rafa joder…no ves esos ojos, su aspecto, no es humano, está claro… es  un gilipollez hablar con él,  simplemente, ignóralo y vámonos, por favor, me voy a volver loco…- Decía mientras miraba a toda la habitación, quería creer que esto era un maldito sueño… pero era demasiado real.

De repente observé como la chica comenzó a levantarse, y mi vista se clavó en ella.

-Creo que tienes razón, perdón tío vámonos ya- Me dijo mientras se giraba la cabeza para decírmelo

 -¡¡¡No apartes la cara!!!- Le grité

Efectivamente, era lo peor que podría haber hecho, no tardó ni un parpadeo la niña en correr hacia Rafa, que en este momento me estaba mirando a mí, cuando la pequeña chica corrió por la cama muy rápidamente y se lanzó desde el borde.

¡¡¡RAFAAA!!!- Solté la guadaña en la cual me apoyaba, y corrí hacia el salto de la chica, y sin pensármelo, ya sin espacio Rafa para hacer algo, le asesté un puñetazo que hizo que impactara contra la pared que había justo delante.

-¡¡Vámonos!!- Le dije- ¡¡Espabila!!


Cogí la guadaña y nos fuimos rápidamente fuera de ahí.

Al salir a la calle y bajar del porche, la ventana que daba a la calle de la habitación, pude ver como la chica se asomaba y arrastraba la mano ensangrentada por todo el cristal, como cuando un cazador se le escapa su presa después de colocar un buen cebo, hasta que con una sonrisa desaparecía de la ventana.

Un gran escalofrío recorrió mi cuerpo.

Corrimos hasta llegar a la calle de mi casa, aunque no cambiaba mucho, un maldito silencio que escogía todo mi cuerpo y mi ser, o lo poco que me quedaba de ser persona y no alcanzar un alto grado de locura.
Todo esta situación era un mierda, y no entendía absolutamente nada.

¡¿Por qué me ocurre esto, pero alguien podría explicar que está pasando?! ¡¡¡ESTO ES DE LOCOS JODER, NO PUEDO SEGUIR CON ESTO!!!- Dije

-Fran tranquilo, se que tienes que estar pasand..- Dijo Rafa mientras de cortaba

-¡¡¡NO LO ENTIENDES, NO ACABAS DE VER A UNA DE LAS PERSONAS QUE MÁS QUIERES MUERTA, Y NO PODER NI HACERLE UN FUNERAL POR QUE UN BICHO DE MEIRDA QUE QUIERE MATARNOS RONDA POR AHÍ!!! Es que también tengo que matar a una niña... voy a acabar peor de lo que creía-  Caí rendido al suelo-

-¡¡Fran, tranquilo, lo hemos hablado antes, o matas, o te matan!!, en serio tío, tranquilo, seguro que todo esto acabará pronto… por favor, no estamos para que ahora no quieras ni hablar.. yo también lo estoy pasando fatal… anímate venga..- 

 Me decía finalmente tranquilo.

Le miré atentamente y me levanté quitándome las lagrimas que volvieron a aparecer.

-Lo intentaré, pero no tengo las cosas muy cuerdas ahora para razonar- Le dije- Lo más importante para antes de 
reunirnos con todos… ¿ Tú arma?

-La dejé dentro cuando nos pusimos a limpiar..- Me dijo
Con un suspiro de angustia abrí el sótano que teníamos en frente, el sótano de mi casa.

-Adelante y rápido, coge el arma que mejor se te adapte y vámonos, la bici será mejor que la dejes aquí- Le dije con voz algo borde

-Vale, lo suponía, tranquilo, no es mi  culpa todo esto- contestó

Comenzó a buscar y encontró al final de la  pequeña sala un gran cubo con un robusto palo de hierro dentro. Metió un par de varazos al aire para comprobar su peso, cuando finalmente comprobó que se adaptaba bien.

-Perfecto, vámonos- me dijo

Salió y cerró seguidamente el garaje.

Empezamos a andar cuesta abajo, y pude darme cuenta del gran cielo encapotado, y que empezó a aparecer una leve niebla por todo el pueblo.

El cuerpo cada vez me reaccionaba menos a los sentimientos, tenía un bloqueo mental para no sucumbir a la demencia.

Algo más jodido estaba pasando… estaba anocheciendo con ese silencio tan perturbador al igual que escalofriante, reinaba todo los huecos de el pueblo.

Maldito horario de invierno, gente de esa suelta y la noche estaba encima, esto no iba a salir bien.

-Me cago en diox, ¿Y esta niebla? Apenas me deja ver tres pasos por delante de mí- Le dije a Rafa.

- Lo mejor que podemos hacer es colocar el arma delante nuestra, y si hay algún pirado de esos viene topará con el arma…espero- Me contestó,

Empezamos a avanzar la cuesta muy para abajo,  hasta que pude ver que estábamos llegando a un supermercado que se 
 encuentra cerca del parque, gracias a eso pudimos orientarnos mejor, la niebla estaba siendo un estorbo.

-Oye, no nos hemos topado con ninguna persona por todo el camino, ¿verdad?- Le pregunté a Rafa.

- Absolutamente ninguna, por lo menos yo no he visto a nadie- contestó

Estoy no lo veía normal, hasta que al acercarnos al supermercado lo entendí; las luces descubrían todo lo que tenía delante, y no era algo muy agradable.

Un numero demasiado alto e incontable de gente gimoteando se empujaban por entrar en el supermercado, de le cual salían gritos de ayuda. Al parecer las puertas estaban bloqueadas y les impedía el paso a los enfermos… pero creo que los de dentro del supermercado tenían pocas posibilidades de salir vivos.

-Jo-der, ¿cómo se han reunido tanto ahí?- Pregunté al aire.

-Shh, como nos oigan la hemos cagado- me decía Rafa mientras me tapaba la boca- no me haría gracia que  una Horda de enfermos me mataran ¿Sabes?

Mi cuerpo le entró un escalofrío al pensarlo. Fuimos por la otra calle paralela a esta, si estaban casi todos ahí, probablemente el pueblo estaría mucho más vacío.

Mientras nos alejamos escuchamos un gran golpe, como si algo se derrumbara…que que las puertas del supermercado habían cedido, y por muy lejos que estuviéramos se oían los gritos de desesperación de la gente; habían conseguido lo que querían… ahora había más motivo para avanzar por la calle opuesta sin pensárselo uno.

Empezamos a correr, no era nuestra mayor ilusión que nos pillaran o rodearan y probablemente la gente ya habría llegado ahí…si es que estaban vivos, en el peor de los casos.

Finalmente dimos a la plaza del parque de la encina, donde por suerte, estaban la mayoría de los que había citado. Entre ellos estaban Ignacio, Adri, Alex, Javi, Marta, Claudio, Rosa, Marina, y Raper- un mote a uno de los mucho Álvaro que conocemos.

Nos acercamos a todos ellos, todos tenían cara de desesperación,  de agobio, de desmoronamiento… sabía como era exactamente esa sensación.

Vi como Adri y Javi estaban mirando a Alex que estaba tumbado en un bordillo que sobresalía de una valla; Al verlo me entró una rabia enorme…tenía un gran mordisco en el  cuello.

-Fran, bien, has llegado…uf, no me siento muy bien…- decía casi susurrando.

-¿Crees  que pondrá bien..?- me preguntaba Javi desesperado.
Podía ver como taponaban la herida con una chaqueta para parar la hemorragia…pero eso serviría de poco.

-Siento decir esto, pero no… no lo va a hacer, una vez que muerden a alguien he oido que no vuelves a ser la misma persona, te conviertes en uno de “ellos”-Dije.

A Javi le temblaba el cuerpo entero.

-Al menos veo que a ti te ha  ido mejor de lo que pensaba..- Me dijo

Mi cuerpo ardía de rabia.

¿¡Mejor de lo que pensabas?!, no tiene ni puta idea por lo que he pasado…- Pensaba para mi mismo- Tranquilo Fran, el no tiene la culpa, solo se preocupaba.

Me tranquilicé un poco.

-Si bueno, no ha ido mal- Dije lo más creíble posible.

Rosa se acercó por detrás y vio a Alex, podía ver como grandes lágrimas caían por su cara.


-¡¡Por dios, hagamos algo!!-Gritaba

- Pues empecemos por callarnos, si gritas así, vendrán- Dijo bordemente Ignacio.

-¡¡Joder!! ¿¡Queréis atender vosotros también a Alex de un puta vez!? ¡¡Está peor que cualquiera de nosotros, venga 
 cabronazos, espabilar!!- Dijo Adri muy serio y cabreado.

Wow, increíble esa reacción de Adri, poco típica de el.

Hubo un breve silencio, hasta que intervine:

-Veo que estáis bastante paralizados por la situación, y aquí quietos, lloriqueando, gritando y pasando como si nada no vamos a llegar a ninguna parte, solo a que nos pillen. Os diré lo que haremos: Un pequeño grupo se moverá hasta el zubicentro- una plaza que está en el centro de el pueblo- al lado de ella está la armería, conseguiremos armas y utensilios útiles y los traeremos, otros dos buscarán  un coche para salir de aquí rápido, y los que queden con Alex, ¿está claro?

Otro silencio volvió a reinar.

-Estamos peor de lo que pensaba, lo tomaré como un si, conmigo quiero que vengan, Rafa, Adri, Claudio, Ignacio y Marta, Raper y Marina buscareis el coche para huir, y finalmente, Rosa y Javi os quedareis  con Alex ,hacer lo que podáis para que no sufra, venga, preparaos, ¡No perdamos tiempo!- La gente me miró y empezó a moverse, algo que no me lo esperaba de tan inmediato.

Fuimos cada uno para donde correspondía,  pero diferentes caminos.

Empezamos a cruzar calles, pero estas eran diferentes…cuerpos tirados en el suelo desmembrados estaban esparcidos por los suelos, sin mencionarla gran cantidad de sangre que estaba por todas partes, una sangría no muy agradable para la vista.

Podía ver como Marta apartaba a vista de estas cosas, se notaba que había visto otro, debido a su débil impresión al verlo, pero aun así no era algo bonito de ver.

Finalmente, entre calles, y varios giros, llegamos a la tienda, aparte de cuerpos  tirados sin más y mucho silencio, no había nada que llamara la atención en los alrededores.

La tienda estaba oscura, igual que la noche la cual había invadido el cielo por completo, haciendo extrañamente que la niebla se despejara un poco y permitiera al menos, andar sin temer encontrarte a más de 6 metros algo que pueda matarte.

Nos pusimos delante de la tienda pudiendo observa como estaba la luz apagada, pero la puerta entornada, mostrando una leve línea de oscuridad.

Claudio se adelanto murmurando algo sobre los locos.

-¡Espera, Claudio, no sabes lo que puede haber ahí dentro, por dios, no seas idiota!- Dijo Marta asustada

Claudio abrió la puerta con cuidado y encendió la luz; pero dentro no había nada que nos pudiera atacarnos, si no algo más bien viceversa, un cargamento de armas, entre ellas 9 mm, escopetas de caza, y un par de francotiradores, más que una armería, era un tienda de caza, leve error.

Pude ver como la guadaña se le estaba resquebrajando la madera, no duraría muchos impacto más. Entonces, pude ver, como uno de los locos se acercaba poco a poco desde la otra acera en frente de la tienda, y mi cuerpo reaccionó solo, sin dudarlo, fui hacia el, agarrando ferozmente la guadaña.

-¿¡Donde vas Fran, que haces!?- Me gritaba Marta.

Si uno ya estaba aquí, era probable que los demás estaban ya repartidos por todo el pueblo, y habían alcanzado su festín.

Seguí corriendo hacia el tío, puse verticalmente la guadaña, y le di con el canto de la hoja en el pecho para que perdiera el equilibrio, y en el mismo instante, le di un patada directa a los pies haciéndole caer de espaldas.

Le pisé el cuello muy fuerte  y comencé a clavarle repetidas veces la guadaña en la espalda, con todas mis fuerzas, chorros  de sangre empezaron a salir de los agujeros, toda la ropa la tenia empapada, pero no paraba de moverse, en un intento de levantarse, y pensé lo que pasó en mi casa, como mató Rafa a la chica de un golpe…

Su punto débil era la maldita cabeza.

Le di con todas mis fuerzas en la cabeza cuando pasó lo lógico; la hoja de la guadaña se partió por la mitad, dejándola para el arrastre. Me quedé mirando al tío, cuando puede observar como tenía un gran rotura en el cráneo.

Perfecto.

Tiré el palo a la calle, y sin pensarlo dos veces, se la pisé.

Esta sensación me resultaba reconfortante a la vez que macabra, los sesos esparcidos por la acera manchaban mis zapatos y la parte baja de mi pantalón.

La sangre caía calle abajo, colándose por una alcantarilla situada al final.

Miré al cielo, la luna llena cebaba al cielo con su luz, haciendo que la niebla casi desapareciera.
Los rayos que yo veía de luna eran diferentes, bañados en rojo, acompañados de una macabra sonrisa que apareció sin más 
en mi rostro.

Mi locura estaba empeorando, pero lo peor de la situación, era que no me daba cuenta de ello, solo sentía un gozo que nunca había sentido, una sed de venganza insaciable, mezclada con un toque de locura.

Con esa macabra sonrisa volví a entrar en  la armería. 

Cuando Claudio me preguntó asustado:

-Fran, ¿estás bien? Lo has destrozado, y da miedo esa sonrisa que estás poniendo…- Decía en voz baja y con el mismo miedo.

Cambié lentamente la expresión, normalizándola un poco.

-Vamos, tenemos que coger todo lo que podamos, si hay uno aquí, puede que dentro de poco haya cien más- Dije muy serio.

Sin ninguna palabra más que otra de nadie, empezamos a rebuscar cada rincón de la tienda buscando todo lo necesario para llevarnos.

Era un agobiante contrarreloj, donde lo que hemos apostado esta vez todos, eran nuestras vidas.

Comentad el capítulo, por favor, los usuarios no registrados también pueden, quiero opiniones, me vendrian bien, ¡Gracias por leer!

domingo, 2 de enero de 2011

Dia 2 Fran: Huir y agonizar Parte 2/4

Una vez delante de la puerta, pregunté cómo hago habitualmente antes de abrir, quien era… pero tras un breve tiempo, no contesto nadie, solo se oía una leve e insaciable respiración forzada.                                                                         

 Miré por una pequeña ventana que hay al lado de la puerta; no podía ver el cuerpo o la cara, pero había un brazo, eso significaba que por lo menos, algo o alguien estaba ahí, la cosa es que hacía ahí y por que no contestaba.

-Rafa, ¿Vuelvo a preguntar? Paso de abrir sin saber quién es.

- Venga-

Volví a preguntar pero con el mismo éxito, un silencio continuado de las malditas respiraciones.
Alterado, grité :

-¿¡Quien cojones eres!?-

Pero  parecía que le gustaba estar callado, solo respirar como si se le acabara el aire, y por las mismas, no estaba por irse.

-Sigo sin entender que hace ahí quieto sin decir nada, ¿ No será algún gracioso, algún colega tuyo? Por hacer la coña de lo de la noticia- decía mientras miraba por la ventana.

-¿ Pero si yo no he invitado a nadie más, que voy a sab…- Otro fuerte golpe en la puerta me sobresaltó; volví a mirar por la ventana-

Mierda, ahora había otro más.

-Joder, hay otro más, pero este si se le ve con claridad la cara.. y por dios, está desfigurada, y tiene un tono de piel ra…- un escalofrío me recorrió el cuerpo- Rafa… son uno de los síntomas de la enfermedad… es uno de los locos, y está claro que el anterior igual.. sabía yo que traerlos al pueblo sin más no iba a salir bien..

Decía mientras mi voz se volvía temblorosa.

-Fran, tranquilo, vamos, coge algo con lo que puedas amenazar o dejarles inconscientes- me dijo Rafa asustado, aunque manteniendo la calma mejor que yo.

Mientras los golpes se daban cada vez con más frecuencia, empezamos a buscar algo, algún palo, hierro, vara, el cual pudiera intimidar… aunque sirviera de poco.

Entré en el salón a rebuscar y vi a mis perras tumbadas en el suelo- mierda, no cerré la puerta ayer- pero se movieron rápidamente a la puerta por los repetidos golpes.

Las comencé a llamar para que no se acercaran, pero lo único que hacían eran ladrarle a la puerta.

Menuda jauría de ruidos.

De repente recordé la guadaña que me hice hace un año para un disfraz. Joder, esa arma era grande, aunque la hoja era de más de un metro, de madera, pero el palo resistiría si habría que golpear algo duro, era una tubería de Wc… era más que perfecta.

Subí arriba a mi  cuarto, entré en el balcón y la cogí, pesaba mucho menos que cuando al cogí por primera vez, he cogido fuerza en el gimnasio, aunque no en abundancia, lo suficiente para lo que la quiero. Bajé con cuidado en brazos de guadaña, ya que medía dos metros, y no pesaría mucho, pero chocaba con todo. Al acaba de bajar, vi a Rafa salir del trastero con una arma un tanto curiosa; el inflador de hierro de una bici.

-Bonita arma ¿no?- Le dije mientras me reía un poco

- No había mucha cosa que fuera algo “ Intimidante”… que te follen, anda que dices algo de la guadaña- me replicó-

 -Ehh, que me acabo de acordar, simplemente amenaza, y no pasa nada, aunque no se si la tuya suritirá efecto- me reí aún más

Se rió conmigo, y nos reunimos abajo los dos delante de la  puerta, y la abrí, la puerta se quedó pegada  a la pared, mis perra de adelantaron mucho más cerca de lo que nosotros estábamos.

-¡Luna, Lea, aquí ahora mismo, vamos! –Les decía en voz baja

No podíamos ver nada, solo la cortina como se movía con la leve brisa, cuando, repentinamente, algo se lanzó, a golpear la puerta probablemente, pero  al no estar tal, tropezó y cayó al suelo, dándose un fuerte golpe en la frente.

El hombre era de mediana edad, ropa bien vestida, pero el cuerpo destrozado, era de tal grado de destrozo que le faltaba parte de la cabeza.

Mis perras al caer se echaron un poco atrás, pero continuaron ladrándole.

-Que cojones… ¡¡Luna, Lea, aquí ya!!- Grité, pero ignoraban completamente mi llamada, seguían ladrando, y ahora aún más al tenerlo en frente y saber lo que era.

El tío solo gimoteaba e intentaba levantarse del suelo. Cada vez mis perras ladraban más fuerte y se acercaban al el más y más, entonces se lanzaron a morderle. El tío se quedó quieto durante un momento, cuando al mínimo instante de no moverse, lanzó sus dos manos agarrando a mis perras del  cuello.

Empezaron a lloriquear; les estaba haciendo mucho daño.

-¡¡Para cabrón!!- Le grité, pero seguía en las mismas.

-¡¡Que pares ostias!!

Seguidamente se escucharon dos crugidos muy fuertes, soltó los cuerpos y el chillido cedió…
Las había matado.

-Hijo de puta…- Dije mientras me caía la primera lagrima por la mejilla.

Rafa no podía creer lo que veía, su cara lo decía todo.

-¡¡¡Hijo de puta!!!- repetí, agarré la guadaña fuertemente y la clave en la nuca del el tío.

-¡¡¡Muere cabronazo!!!- De mi cabeza solo podían salir insultos y odio hacia el.

Tiré hacia atrás con impensable fuerzas y le arranqué la cabeza por completo.

Brotes de sangre cayeron en mis pantalones, mientras se empezaba a formar un gran charco en el suelo.
Se quedó la cabeza hincada en la punta de la guadaña, de la cual colgaba la columna vertebral pegada a la  cabeza. Era algo horroroso, pero mi cuerpo actuaba por si solo. La cabeza cayó sola al suelo dando un fuerte impacto.

-Cabrón…- seguía insultando, mis ojos estaban llenos de lágrimas que seguían resbalando por mis mejillas- ¡¡Tenía que hacerlo, las ha matado ostias!!

Caí de rodillas manchándome los vaqueros de sangre, mientras lancé la guadaña hacia la pared.

-¡¡Dilo Rafa, o lo hacía o nos hubiera matado a nosotros, di algo!!

-Fran por dios, que quieres que diga después de  ver esto… te acabas de cargar aun tío arrancándole la cabeza por completo- dijo mientras le daba una leve arcada.

 Algo comenzó a moverse detrás de la cortina y escucharse fuertes gemidos.

-Fran, sé que es duro lo que has visto, pero vamos a tener que atacar a más de uno que nos intente hacer daño, y lo digo yo que me ha parecido una brutalidad…pero las cosas están así, vamos, anímate.

Esas palabras me sentaron genial, me levanté y me sequé las lágrimas de la cara y le abracé.

-Vamos, recuerda que tenemos un detrás de esa cort…- Entonces el siguiente se lanzó, esta vez era una chica de un 20 años más o menos.
  
Esto no podía ser real, y lo más jodido... estaba de espaldas y solo pude mirar de reojo.

-¡Aparta Fran!- me lanzo contra el lado contrario de donde lancé la guadaña, que era la entrada al salón, y seguidamente le atizó en la cabeza con la parte inferior de el inflador, una de las partes que sobresalen para aguantarlo con los pies recto.
Rafa puso una cara de victoria después de ese golpe. El cuerpo choco bruscamente contra la pared, rompiéndose parte de la cabeza ya resquebrajada.

-¡Zás!, comete esa zorra- Gritaba.

Me levanté rapidamente y cogí a mis perras de el suelo.

-Ven conmigo por favor- Le pedí a Rafa.

Las llevé en brazos hasta mi patio, y una vez allí quité una baldosa suelta, y a partir de esa, quitamos otras tres entre los dos; había tierra debajo.

-Creo que se que se lo que quieres- me dijo Rafa

Empezamos a cavas con unos cucharones que cogió Rafa de la cocina y empezamos a cavar un hoyo medianamente hondo.
 Al acabar, las metimos y echamos la tierra dentro y las pusimos otra vez las baldosas. Rayé las baldosas escribiendo dos grandes Eles representando sus nombres.

Volvimos dentro y fuimos otra vez al pasillo, - ahí estaban esos dos hijos de puta- muertos, como se merecían. Sacamos los cuerpos a la calle, lanzándolos por las escaleras. Cerramos la puerta y fuimos al baño.

Comenzamos a limpiarnos la sangre con agua, aunque no surtiera un esplendido efecto, al menos se iba un poco, y nos limpiamos la poca sangre de las manos. Cogimos de el trastero unas fregonas, llenamos el cubo con agua en el baño donde nos limpiamos y recogimos con las fregonas el estropicio.

Finalmente, al acabar, subimos arriba. Apagué  la play y nos preparamos para irnos de una vez, era casi la hora y creo que no iba a ser fácil llegar al punto de encuentro.

Cogí la mochila y guarde lo de siempre (móvil, cartera, llaves…) en ella, también cogí el gorro y me lo puse de forma que el pelo largo no me molestara en ningún momento, volvimos a bajar, cogí la guadaña que estaba tirada en el suelo.

-Vamos, pero primero necesito ir a recoger a mi abuela- Dije

Me asintió con la cabeza, cerré la puerta con llave y nos fuimos. Comenzamos a ir a casa de mi abuela que vive a escasos metros de la mía, el porche de mi casa estaba con varias manchas de sangre, ya que al lanzar los cuerpos  chorreó probablemente al lanzarlo.

Se podían ver los cuerpos todavía tirados por las escaleras – ahí si que había sangre- y empezaban a desprender un fuerte olor.

Al llegar a la calle giramos a la derecha, y al final de esta volvimos a girar otra vez en el mismo sentido y comenzamos a subir. Había un silencio muy tenso.

Llegamos a la casa y escuché lejanamente unos leves gemidos de queja.

No podía ser verdad.

Entré corriendo -ya que la puerta estaba abierta- y seguí el leve quejido. Estaba en su cuarto.

Al entrar, había pasado lo más evidente, lo que rondaba por mi cabeza, la encontré en la cama destripada, y con un mordisco en el cuello. De la cama derramaban ríos de sangre, que ya eran pequeñas gotas lo que  caía, pero era obvio, no estaba sola, una especie de niña pequeña se hallaba a su lado, tumbada a su izquierda, empapada de sangre.
Cuando llegó Rafa detrás de mí , me di la vuelta y vomité, me quedé apoyado en el marco de la puerta llorando a mares- joder, menudo día llevaba- ¿ Por qué estaba pasándome esto? ¿Que les pasaba a esta gente?
Rafa no tenía palabras para definir esto.

-Fran por dios, no vuelvas a mirar- me dijo Rafa

Cuando entonces se dio cuenta de la segunda presencia.

-¿Qué hace esa niña ahí?- da cosa, tan rígido, con los ojos cerrados, y parece que ni respira..- Dijo asustado- casi no se ve nada, pero suficiente para ver la catástrofe de esta pobre señora.. uf

Rafa avanzó más, hasta quedarse en frente de la cama, el silencio reinaba la casa y solo apenas del sonido del viento que pasaba por las ventanas era lo que se podía oír.

-Agg, creo que he visto suficiente, es un niña pequeña, voy a vomitar también si no me voy- Dijo

Me asomé para ver lo que estaba diciendo, cuando la chica comenzó  a moverse , y su respiración se aceleró, cuando inmediatamente abrió los ojos inyectados en sangre.

¡Muy pronto parte 3! ¡Feliz Zombie año nuevo a todos! :D